La gargantilla de las cuatro estaciones.

Alejandro Barak que en este caso es el cliente y es también la víctima es un joven ingeniero con un buen sueldo y una novia hermosa. Su problema es que, a pesar de estar enamorado de Corina, no puede dejar de desear a otras mujeres ya que el tiene miedo de engañar a Corina, su actual novia y teme caer en la tentación de la infidelidad arruinando así la pareja. Pide ayuda a Mario Santos y este le dice que no acepte el caso aunque en realidad si lo acepta y Los simuladores actúen sin que él lo sepa. Durante una estadía arreglada en un lujoso Hotel del sur argentino Medina simulará ser un sofisticado ladrón internacional interesado en seducir a Corina. Dos agentes de la Interpol le pedirán ayuda a la pareja para atrapar al ladrón. Paralelamente Los Simuladores conseguirán que Alejandro reciba una oferta de trabajo para instalarse en el sur y alejarlo así de las tentaciones de la ciudad. Inesperadamente Medina se ve sorprendido en pleno operativo por Pedro Velazco un empresario mexicano que lo cree homosexual. Deberá entonces arreglárselas para frustrar sus acercamientos sin descubrir la farsa.