viernes, 4 de junio de 2010
Un trabajo involuntario.
En la parte inicial del capítulo, durante un casamiento un hombre le pide ayuda al grupo, en una escena que hace una pequeña alusión a la película "El Padrino". El grupo resuelve el caso, que consistía en demorar una auditoría para que no se descubra un robo en la empresa del amigo del hombre que contrata los servicios de Los Simuladores. Este hombre luego recomienda la ayuda a Lembergier, un hombre de baja calaña que se ve amenazado por su compañero Bruno Sontag, ex-secretario del Ministerio de Salud, fue metido preso por comprar comida en mal estado para los comedores infantiles en los hospitales públicos. Si Lembergier no saca a Sontag de la cárcel, los socios de este último lo matarían entonces recurre a Los Simuladores para que tomen el caso. La misión justamente sería sacarlo de la cárcel y asegurar su partida al exterior. Como Santos nota que sus fines son turbios no acepta el caso. Pero Lembergier decide hacer esto por las malas secuestra a Santos y amenaza al resto del equipo para que colaboren o de lo contrario lo asesinarán. Entonces Los Simuladores deberán poner en marcha de manera involuntaria un operativo que consistirá en hacer creer que Sontag estuvo involucrado en el robo de una invaluable pieza artística en Italia y de esa manera sacarlo de la prisión. Al final del capítulo el grupo decide tomarse un descanso en "un lugar que los representa a los cuatro" elegido por Santos luego de que no se pusieran de acuerdo en el destino para ir. En el avión un hombre amenaza con hacer estallar una bomba y Ravenna toma la iniciativa para frenarlo.
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